lunes, 21 de octubre de 2013

Ecografías obligatorias antes de abortar

En mi post anterior hablé sobre la modesta proposición de que todas las mujeres embarazadas que deseen abortar sean obligadas a realizarse y recibir la imagen de una ecografía del feto. En este caso se trataba de una idea del diputado español Carlos Salvador, pero desde luego no es algo que se le haya ocurrido primero a Salvador. Varios estados estadounidenses ya obligan a las mujeres a esta invasión de su privacidad groseramente contraria a la ética de la medicina (puesto que es básico, de mínima, que un profesional médico no puede obligar a una paciente a someterse a un tratamiento que ésta no desea).

La versión más extrema de esta imposición antiabortista es la ley de Texas, por la cual la mujer que desee abortar debe realizarse la ecografía y permitir que el médico registre el sonido del corazón del feto al latir; la mujer no está obligada a ver ni escuchar pero el médico debe describirle tanto la imagen como el sonido en voz alta y darle los detalles del desarrollo fetal. Después de eso debe esperar 24 horas antes de poder interrumpir el embarazo, si así lo desea, con lo cual al chantaje emocional se le suma, en el caso de pacientes de escasos recursos que deben viajar desde lejos, un obstáculo económico.

En ciertos casos el efecto emocional puede ser devastador. Por ejemplo, una mujer que recibe en un chequeo de rutina la noticia de que su futuro hijo nacerá con graves deformidades (que lo obligarán a una vida de idas y vueltas constantes por hospitales) y decide abortar, tiene que escuchar —otra vez, antes del aborto— el latido del corazón y la descripción detallada del feto deforme.

Un detalle que quizá se le pasó por alto a Carlos Salvador, que de seguro es totalmente ignorante en lo que respecta a las etapas del desarrollo fetal o las capacidades técnicas de los equipos de ecografía, pero que sin duda muchos activistas “pro-vida” conocen, es que hasta las 12 semanas de gestación el feto es generalmente demasiado pequeño para que su imagen se capte bien en una ecografía abdominal (del tipo que estamos acostumbrados a ver, en las que se pasa el transductor sobre el abdomen untado con gel). Para cumplir con una ley como la que Salvador propone, en esos casos (que son la mayoría), se debería realizar una ecografía transvaginal, insertando una sonda especial dentro de la vagina, lo cual representa una violación desde el momento en que la mujer no desea esa penetración y se ve obligada a someterse a ella.

Lo peor es que estas leyes ni siquiera funcionan, según los datos que hasta ahora se tienen, para lo que sus proponentes en teoría querían que funcionaran. Según los profesionales entrevistados, la inmensa mayoría de las mujeres no cambian de idea sobre el embarazo que desean interrumpir. A algunas quizá no les afecte mucho; otras sufren la experiencia de la ecografía forzada pero siguen adelante a pesar de todo. Quizá los “pro-vida” se conformen con ese sufrimiento, con esa culpa reavivada siquiera brevemente. Nunca me ha quedado claro que disminuir los abortos sea el verdadero objetivo de los “pro-vida”, que casi sin excepción se oponen también a las cosas que pueden evitar que muchas mujeres lleguen a necesitar un aborto: el acceso a la anticoncepción y la educación sexual.

3 comentarios:

  1. Alejandro Paiz Meschler21 de octubre de 2013, 17:15

    Coincido en que quizás el objetivo de los "pro-vida" sea aumentar el sufrimiento de aquellas mujeres que osan ver la maternidad como una elección y no como una imposición. Ellos muchas veces argumentan cosas como: "si ella decidió abrirse de piernas, entonces que se la aguante!". Es decir, según ellos una mujer debe llevar adelante un embarazo no deseado como castigo por haber tenido relaciones sexuales. Y no podemos afirmar que ella no se cuidó, porque quizás lo hizo y el método anticonceptivo falló. ¿Qué es lo que motiva realmente a esas personas a negarle a la mujer un derecho básico como lo es el control sobre el propio cuerpo? ¿Envidia por no poder quedar embarazadas y entonces buscan imponerle el embarazo a aquellas que no lo desean? ¿Frustración porque son hombres impotentes que no pueden disfrutar del sexo y entonces buscan que la sexualidad de los demás sea tan frustrante como la propia?

    ResponderEliminar
  2. Coincido con Alejandro. La maternidad como castigo por haber tenido un encuentro sexual, con o sin precauciones, es una de las contradicciones más serias y explícitas que podemos encontrar en lxs militantes y opinadorxs virtuales antiderechos.

    ResponderEliminar
  3. Mi abuela, quien cuidó de mi y mi primo por 14 años de nuestras vidas, siempre nos expuso a todo, y cuando digo todo, es todo. Ella solo nos proveía de una protección espiritual como rezarle al niño jesus antes de dormir o agradecer por los alimentos. Mi abuela creció en la iglesia católica pero nunca nos impuso a creer en lo que no quisieramos.
    Gracias a eso puedo decir que no profeso ninguna religión más que la del sentido común.
    El ignorante pretende siempre tener la razón, o ustedes que piensan?

    ResponderEliminar

Dejá tu comentario sobre el tema de este post aquí. Por favor, utilizá un nombre o seudónimo. Si querés opinar o hablar de otro tema, usá el Buzón de sugerencias.