jueves, 6 de septiembre de 2012

Obispos de Kenya reclaman sexo sin protección

Siempre digo que la verdadera cara de la religión se ve en las épocas y lugares en los que tiene capacidad real para imponer sus doctrinas, que son generalmente aquellos donde la política secular está ausente o mira para otro lado, la educación falta y la pobreza reina. El caso de la polifacética Iglesia Católica es bien conocido. En el mundo desarrollado y en muchas de las grandes urbes de América Latina al catolicismo no le queda más que protestar contra las medidas que buscan, por ejemplo, librar a las mujeres del rol de úteros ambulantes al que las condenan la cultura y la religión tradicionales. No así en otros lugares, donde la palabra de los obispos tiene un peso político mucho más marcado. Allí la retórica moralista, moderada, falsamente respetuosa, desaparece del discurso clerical.

Esto es lo que tenían que decir los obispos de Kenya sobre una iniciativa internacional de planificación familiar a la que el país se unió recientemente, y que dedicará 4.200 millones de dólares a la promoción del acceso a los anticonceptivos para mujeres en países pobres:
Esta iniciativa de agencias extranjeras, cuyos motivos apenas comprendemos (…), podría llevar a la destrucción de la sociedad humana y, por extensión, de la raza humana. No podemos permitir que nuestro país sea parte de una agenda internacional manejada por fondos extranjeros, perdiendo así nuestra independencia y nuestros valores africanos de familia y sociedad. Las mismas fuerzas extranjeras están dedicando millones a promover las uniones homosexuales mientras millones de mujeres mueren por falta de instituciones de cuidado materno. Más aún, el uso de anticonceptivos, especialmente en forma tan radical (…), es deshumanizante y va en contra de la Enseñanza de la Iglesia, especialmente en un país como Kenya, donde la mayor parte de la gente es cristiana y temerosa de Dios.
Hay que decir que los puntos aquí cubiertos muestran un admirable poder de síntesis. Todo está ahí, en orden:
  1. La apelación a los sentimientos xenofóbicos y conspirativos (“agencias extranjeras cuyos motivos apenas comprendemos”).
  2. La hipérbole sobre la extinción humana, que la Iglesia ya asume con naturalidad dentro de su fantasía paranoica de la “cultura de la muerte”, en el cual se incluye todo desde los preservativos hasta el lesbianismo.
  3. Otra vez la xenofobia, el nacionalismo y la tradición (“nuestra independencia y nuestros valores”).
  4. El codazo irrelevante (pero necesario, dada la obsesión de los obispos con el sexo gay) al matrimonio homosexual.
  5. La sensata pero engañosa idea de que se podrían gastar más recursos en maternidades y menos en anticonceptivos (cuando de hecho no hay sistema de salud que soporte una carga demográfica que crece aceleradamente).
  6. La presunción de que la “Enseñanza de la Iglesia” (es decir, la palabra de quien escribe, elevada a estatus de dogma indiscutible) es representativa de la mentalidad del pueblo y por tanto vale más que cualquier iniciativa estatal.
Todos estos elementos son tópicos tan trillados que uno puede imaginarse que existe una plantilla estándar o molde para aplicarlos a estos documentos o declaraciones, sin importar de qué país se trate. (Creo que con mis modestas dotes de programador podría escribir un “Generador de Documentos Episcopales”, con unos pocos parámetros variables para el caso, en una o dos horas, máximo.)

Lo único ligeramente fuera de lugar es la acotación de que el uso de anticonceptivos de la forma propuesta es “radical”. ¿Qué cosa no sería “radical”? ¿Qué cosa sería realmente radical? Si me preguntaran, una educación sexual laica, científica y crítica. En el sentido estricto y etimológico, atacaría la raíz del problema: la idea —reforzada religiosamente— de que las mujeres están hechas para ser máquinas reproductoras, que sólo existen para ser madres. Esta idea de que la reproducción es la función primaria del ser humano y de que no puede obstaculizársela de ninguna forma (¡ni emplear los órganos sexuales para otra cosa!) es lo que yo encuentro personalmente “deshumanizante”. Lo que la Iglesia propone es que tengamos, literalmente, sexo como animales: “natural”, sólo reproductivo, sin placer, sin previsión, sin verdadera elección.

5 comentarios:

  1. Como siempre el oportunismo es lo único que decide las acciones de una empresa con fines de lucro y hambrienta de poder político como la iglesia católica.

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  2. Alejandro Paiz Meschler6 de septiembre de 2012, 11:22

    Existen religiosos que no están obsesionados con impedir que las mujeres puedan elegir cuándo tener hijos. Por ejemplo, en [1] se puede leer:

    "Yo no creo tampoco en el Dios de la 'pureza', que limita el placer sexual a aquellas formas y condiciones en que ese placer puede producir hijos, es decir, puede perpetuar la especie. Porque eso equivale a reducir la sexualidad a mera genitalidad y, en definitiva, a mera animalidad. Eso es lo que hacen los animales: aparearse para tener hijos."

    Es una crítica similar a la que vos hacés al final del artículo Pablo. Lamentablemente, los que tienen el poder dentro de esa corporación "santa", tratan de silenciar las voces que quieren actualizar los mandatos primitivos de su religión.

    [1] http://blogs.periodistadigital.com/teologia-sin-censura.php/2012/01/11/homosexualidad-aborto-liberalismo

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  3. al fin y al cabo lo más importante no sería tanto que estén a favor o en contra, sino que eso no les da el derecho de imponer sus creencias o dogmas a quienes no piensan igual, lo cual ocurre al fin y al cabo si imponen sus creencias como leyes o restricciones.
    Pero como bien dices, es desafortunado que los que tienen el poder sean precisamente los que pretenden imponer sus creencias a todos incluso aunque no compartan las mismas creencias

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  4. Tu blog es una joyita. Debe ser liberador tener un espacio donde uno pueda escribir todas las conjeturas que le ocurra y después matizarlas con un aire librepensador y aparentemente razonable. Yo también enumeraré lo que creo, así será más ordenado: 1. Es totalmente comprobable que en el mundo existen muchas ONGs e instituciones que destinan millones de dólares a abortos y anticoncepción, que hacen lobby y publican informes sobre maternidad y/o sexualidad en países buscando "denunciar" ciertas realidades (manipulando cifras y casos, etc) e imponer una visión única sobre la vida y la sexualidad humana, presionando a los Estados a aceptar sus ideas. Que a tí eso no te importe o quieras omitirlo, perfecto, pero no quiere decir que puedas tapar el sol con un dedo y tener la ligereza de llamarlo "xenofobia". "Católica" significa universal, los católicos de Kenya no tienen nada contra los católicos de otros países, como pretendes hacer parecer. 2. La "destrucción de la raza humana" tiene muchos significados y formas. La II G.M. es un ejemplo de ello. Las ideas extremistas son, valga la redundancia de significado, peligrosas. El nazismo se apoderó de Europa y llevó a la muerte a 6 millones de judíos y otros 60 millones de europeos (pues el nazismo no era sólo odiar judíos sino hacer que todos se maten unos a otros en nombre de un patriotismo ridículo). Hoy proliferan y amenazan al mundo ideologías financiadas por millonarios e instituciones influyentes que, entre otras cosas, justifican el homicidio de millones de bebés con el aborto. Ah verdad, tú no quieres aceptar la evidencia del inicio de la vida humana, crees en una especie de magia filosófica que convierte en humano a un bebé en determinada etapa de su desarrollo. 3. Los valores de una nación merecen respeto y los valores familiares más aún. Es evidente que las ONGs extranjeras anti vida y anti familia tienen otros valores. ¿Por qué todos tiene qué aceptar el matrimonio homosexual? ¿Es que no tienen derecho a guiarse por sus conciencias y su fe? ¿Y más aún si la mayoría es católica? Siempre que exista respeto a las minorías, ¿No se llama eso democracia? 4. Esto es otra cosa que no quieres ver. Se destinan millones y millones de dólares a la causa gay, no es una teoría conspirativa, son hechos perfectamente verificables. Google, Gates, Bezos, Hollywood... 5. ¿Sensata pero engañosa idea? Deberías explicarte. Parece que eres de los que creen que muerto el perro se acabó la rabia. Matar a los pobres no soluciona la pobreza. Regalar condones no disminuye las ETS ni la maternidad joven. Tópicos ordinarios y fáciles de refutar. 6. La voluntad del pueblo vale más que las pretensiones groseras y entrometidas de ONGs e instituciones extranjeras con millones de dólares. ¿O será que eres ateo y capitalista para no verlo? "Deshumanizante", estimado, es pretender que un bebé en el vientre es una "cosa" de la que la madre puede deshacerse como si fuera basura. Una idea extremista que haz defendido no una sino varias veces. Curioso que hables del "sexo como animales". A diferencia de los animales, nosotros pensamos, no podemos estar acostándonos con el primer compañero de nuestra especie que veamos. El sexo tiene un fin que nuestra inteligencia nos permite conocer: procrear. Y exige una seriedad y responsabilidad que ninguna de las ridículas instituciones anti vida que defiendes menciona, al contrario, exigen que se les dé el camino libre a niños de 13 años para inciarse en el sexo, poniendo a su alcance toda clase de anticonceptivos y desde luego, abortos.

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  5. Efectivamente, Hugo, es liberador tener un lugar donde expresarse. ¿Por qué no hacés algo parecido? Desde ya sos libre de seguir comentando, pero no entiendo cuál es el sentido de volver todo el tiempo a un lugar donde se expresan ideas con las que estás totalmente en desacuerdo, de las cuales no aprendés nada, y que ni siquiera considerás bien fundamentadas.


    Respondo a tus puntos: 1) No es cierto que los datos estén manipulados (los estudios pueden estar mal hechos pero no de forma generalizada). Y además a tu iglesia no le importan los datos científicos. Voy a hacerte una pregunta: si algún dato científico contradijese una doctrina de tu religión, ¿aceptarías el dato y rechazarías la doctrina, o seguirías manteniendo la doctrina considerando que no puede estar equivocada? Si tu respuesta es que tu doctrina no puede fallar jamás, no tiene sentido que hablemos de la corrección o la manipulación de datos científicos, porque por tu sola respuesta ya te excluiste del campo de la ciencia. 2) Un embrión no es un bebé y un aborto no es un asesinato. 3) Los valores no merecen respeto. Merecen respeto las personas, a priori. Los valores, que de hecho son generalmente sólo tradiciones o prejuicios culturales arraigados o costumbres, son buenos en tanto sirvan objetivamente a la felicidad, el bienestar, la salud, etc. de las personas. A mí no me merecen ningún respeto, por ejemplo, los "valores" que rigen en Arabia Saudita respecto a la relación entre hombres y mujeres. Desprecio los "valores" que hacen que un padre desherede a un hijo por ser éste homosexual, o que un hermano mate a una hermana porque ésta dejó de ser virgen. Que la mayoría lo quiera así me es indiferente. ¿Desde cuándo a la religión le importa la democracia? ¿Los valores son plebiscitables? 4) La "causa gay" es la causa de eliminar la discriminación injusta hacia millones de personas, y considero que es una buena causa. Ocurre que algunos ven en esto una conspiración. Hay líderes cristianos que predican que los gays reclutan niños para la prostitución y les lavan el cerebro para volverlos gays porque ellos no pueden tener hijos por su cuenta. Obviamente nadie querría apoyar esa "causa". Pero eso no existe, es un invento, y creer que existe y que los gobiernos y las ONGs lo apoyan es una teoría de conspiración. 5) Es un hecho que la población no puede crecer indefinidamente; es un hecho que a una cierta velocidad de crecimiento demográfico no hay forma de compensarla con crecimiento económico; es un hecho que en todas las sociedades desarrolladas el aumento del nivel de vida se correlaciona con una menor tasa de natalidad, nacimientos más espaciados, capacidad de las mujeres para decidir cuántos hijos tendrán y a partir de qué edad y si tendrán hijos en absoluto. Regalar condones, enseñar cómo usarlos y promover su uso, junto con otras medidas de educación sexual (a las que la iglesia se opone consistentemente) funciona. 6) La voluntad del pueblo no se expresa a través de sus obispos. Los obispos son funcionarios elegidos a dedo por el gobernante autocrático del estado vaticano, no por el pueblo. Tanto los obispos como las ONGs extranjeras están en su derecho de promover sus ideologías; luego cada individuo (no "el pueblo", porque el pueblo no es una masa indiferenciada) deberá tener derecho a elegir qué hacer con su propio cuerpo. Para esto necesita educación, que la iglesia se niega a aceptar: educación para el conocimiento científico del cuerpo, para el placer responsable, para contar con elementos de juicio sobre la procreación que permitan decidir cuándo, con quién, cuántos hijos, hasta cuándo.

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