jueves, 26 de junio de 2008

Curiosidades: Transexuales en el Irán islámico

Algo cortito y curioso para amenizar la espera de la próxima alerta. Como todos sabemos, la gran mayoría de las ramas de las tres religiones abrahámicas (cristianismo, judaísmo e islam) consideran la homosexualidad una aberración, y su práctica un pecado, basándose en criterios escriturales y en elaboraciones posteriores. Por ejemplo, si bien la justificación original contra la homosexualidad es un par de versículos del Antiguo Testamento que dicen "si un tipo se acuesta con otro, mátenlos a los dos porque a Dios no le gusta", la Iglesia Católica moderna recurre a denunciar la "ideología de género", es decir, se opone a ver lo femenino y lo masculino como construcciones culturales (y por lo tanto mutables) y reivindica la fijación de carácter sagrado del sexo.

Con la misma "lógica" estas religiones se oponen al travestismo, a la bisexualidad o ambigüedad sexual, y a la transexualidad. Las operaciones de cambio de sexo están justo debajo del aborto en el ranking de "cosas que hacen los médicos aliados con Satán". Excepto... (prepárense para esto) ¡en Irán!

Efectivamente, según me entero leyendo el sitio musulmán no-fanático WebIslam, en la República Islámica de Irán el mismísimo ayatollah Jomeini emitió una fatwa o decreto de fe estableciendo que es lícita la operación de cambio de sexo. ¿Por qué? Ni el más desorientado podría suponer que esto responde a una actitud progresista o a la simple no-interferencia con el cuerpo del prójimo. Éste es el mismo país donde una mujer puede ser azotada por permanecer en la misma habitación que un hombre sin la vigilancia de un familiar de sexo masculino, o por llevar mal puesto el velo.

Lo que ocurre es un típico caso de "lógica" religiosa. El islam ve al sexo, diríamos matemáticamente, como una variable binaria discreta. Es masculino o femenino, cada cual con su respectiva función y lugar en la sociedad, cada cual con sus obligaciones. Ahora bien, las mentes sencillas y los fanáticos suelen tener problemas con los estados intermedios o ambiguos. Hoy en día solemos reprochar a quien "ve todo en blanco y negro", sin tonos de gris.

En la mente del ayatollah sólo puede haber dos géneros. Por lo tanto, ante una persona que tiene un cuerpo masculino pero se comporta y siente y se viste como femenino, autoriza a que esta ambigüedad se resuelva adecuando el cuerpo a la conducta. No sólo eso, sino que esta nueva mujer que emerge de la terapia y el quirófano debe integrarse a la femineidad musulmana, aprendiendo a someterse... a comportarse como tal, y se le ofrece toda la ayuda necesaria para aclimatarla, para entrenarla, para que no quede duda de que es mujer y no un hombre que se comporta como mujer, o mucho menos un hombre a medias que se acuesta con otros hombres. Si existe ambigüedad, dice la fatwa, bórresela, y suprímase toda causa de duda, toda diversidad que induzca al cuestionamiento.

Todo lo cual no por ser retorcido deja de ser interesante y hasta sensato. Nunca pensé que diría esto, pero... quizá Benedicto XVI podría aprender algo del Ayatollah Jomeini.

1 comentario:

  1. Pero quien se opera es rechazado por su familia y amigos. Esa es su condena, estar solos. La mayoría se dedica a la prostitución. En ellos no esta mal visto pues no tienen la capacidad de reproducirse. Hay un alto porcentaje de suicidios. Estas personas sufren mucho. Es aun más retorcido de lo que parece.

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